martes, 2 de diciembre de 2014

LA SENDA DEL TIEMPO




En la senda del tiempo estamos todos. Unos van antes y otros les siguen. 

Es en esta senda donde todos, al final, somos lo mismo.

Ocurre (nos viene ocurriendo) que, en ocasiones, las palabras, los gritos, los llantos, incluso los silencios son de ida; de vuelta sólo llegan sus ecos. Así, sin más acordes.

Suele ocurrir que la ilusión no deja mostrarse cual espejismo. Aquello donde uno ha puesto toda su fuerza, su garra, su energía, su alegría... se convierte en una ilusión efímera a la que acabas agradeciendo que te deje, como única esperanza, escuchar tu eco.

Y a veces llega un momento en que te haces viejo de repente, sin arrugas en la frente pero con ganas de morir. Paseando por las calles todo tiene igual color. 

Sientes que algo echas en falta.  No sé si será el amor.


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