martes, 27 de julio de 2010

una sonrisa... o una risa!

Mandé a los recados a mis enanos. Por primera vez iban a comprar a la carnicería (además del pan). Alba estaba muy nerviosa por lo que tenía que pedir. Yared decidió ir de acompañante, así que ni se preocupó del recado.

Al rato me llama un hombre al móvil:

- Amalia, soy el carnicero. es que tengo a tus hijos aquí y me piden DOS LONCHAS DE TERNERA!!!!

Vamos, como para meter la vaca en la fileteadora!!!

Me ha venido bien la coña! Una risa en un día gris-casi negro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te aburres, geniales tus peques.
¡No te hundas y cambia de color!